La actividad fÃsica después de un reemplazo articular es fundamental y hay que incentivarla. Está demostrado que el paciente que reasume algún grado de actividad fÃsica regular mejora su desempeño cardiovascular en general, manifestado como un aumento en la duración del ejercicio, mejorÃa de la frecuencia cardÃaca y hay un mayor consumo de oxÃgeno.
Además hay clara mejorÃa en los aspectos psicológicos en general, existe menos depresión y si existÃa previa a la cirugÃa disminuye la intensidad y frecuencia de los cuadros y se vuelven menos dependientes de los antidepresivos, también hay una mejorÃa en la calidad ósea con lo que se disminuye el riesgo de aflojamiento del implante por causa de esta mala calidad.
Esta actividad fÃsica debe ser solamente aquella que se practica con fines recreativos, de forma regular, como el caminar, nadar, montar bicicleta y con la que se busca mejorar el estado fÃsico en general y bajo ningún punto de vista aquella que tenga fines competitivos.